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Foto del escritorLaura Colodro

Septiembre, la vuelta a la rutina y el "síndrome post-vacacional"

Actualizado: 6 oct

Ha llegado septiembre y seguramente en estos días hayas escuchado a alguien decir que tiene “depresión post-vacacional”, o hayas visto en RRSS o algún otro medio de comunicación algo sobre el mal llamado “síndrome post-vacacional”.


Sin duda, hace referencia a un malestar real - ¡y comprensible! - que podemos sufrir asociado al cambio de contexto que experimentamos cuando volvemos del periodo de vacaciones a nuestra vida habitual. Es probable que nos concentremos peor, nos cueste más dormir por las noches y levantarnos temprano, nos notemos más cansados, tristes, desmotivados, irritables, agobiados…


Para entender por qué ocurre esto, vamos a hablar de dos procesos básicos en Psicología: la habituación y la recuperación espontánea.


¿Qué es la habituación?


Se refiere a la disminución progresiva de la respuesta a un estímulo repetido a lo largo del tiempo. De forma simple, es cuando nos “acostumbramos” a un estímulo constante o repetido y, como resultado, nuestra reacción se reduce.


Ocurre cuando te comes un arroz meloso con carabineros primera vez y te parece lo más exquisito del mundo. Si almorzaras todos los días arroz meloso con carabineros, seguramente te acabarías cansando de tanto sabor a marisco. Lo mismo ocurre entras en un sitio con mal olor, que te echa para atrás, pero al cabo de un rato apenas lo notas. De la misma forma, durante todo el año te habitúas a madrugar, a las obligaciones, al estrés, a las presiones del día a día…


¿Qué es la recuperación espontánea?


Es un proceso ligado a la habituación. Después de un intervalo de tiempo en el que no se presenta ese estímulo, cuando reaparece aumenta la magnitud de la respuesta que provoca.


Si dejamos de comer el arroz meloso con carabineros, la próxima vez que lo comamos seguramente nos sepa mucho más rico que cuando lo comíamos a diario. Si pasa un tiempo y volvemos a entrar en ese sitio con mal olor, seguramente nos dé un asco terrible y nos den incluso ganas de vomitar.


Igualmente, si previamente hemos asociado nuestra vida habitual con estrés, ansiedad o agobio, cuando volvamos a él después de estar una temporada lejos de ese contexto laboral-académico y en un estado de relajación, experimentemos el malestar que conocemos como “síndrome post-vacacional”.



El “síndrome post-vacacional” no es ningún síndrome, ni ningún diagnóstico clínico, es un proceso de adaptación normal y un malestar comprensible que nos provoca la vuelta a la rutina y todo lo que va ligado con ella.

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